por Horacio Semeraro
Ana María Shua nació en Buenos Aires en 1951. A los dieciséis años publicó sus primeros poemas reunidos en El sol y yo. En 1980 ganó con su novela Soy Paciente el premio de la editorial Losada. Sus otras novelas son Los amores de Laurita, (llevada al cine), El libro de los recuerdos (Beca Guggenheim) y La muerte como efecto secundario (Premio Club de los XIII y Premio Municipal en novela). Cuatro de sus libros abordan el microrrelato, un género en el que ha obtenido el máximo reconocimiento en el ámbito iberoamericano: La sueñera, Casa de Geishas,Botánica del caos y Temporada de fantasmas.
También ha escrito libros de cuentos: Los días de pesca, Viajando se conoce gente y Como una buena madre. Con Miedo en el sur obtuvo el Premio Municipal en el género cuento.
Recibió varios premios nacionales e internacionales por su producción infantil-juvenil. Sus cuentos figuran en antologías editadas en diversos países del mundo.
Algunos de sus libros han sido publicados en Brasil, España, Italia, Francia, Corea, Taiwan, Alemania y los Estados Unidos.
Su última novela es El peso de la tentación (2007). En el año 2009 ha publicado en Madrid Cazadores de Letra, que reúne sus cuatro libros de minificciones, y en Buenos Aires, Que tengas una vida interesante, sus cuentos completos.
En 2011 publicó el libro de microrrelatos Fenómenos de circo.
Ana María Shua es además, autora de varias decenas de libros infantiles y juveniles, publicados en Argentina y España en su mayoría, por prestigiosas editoriales . En ese concepto es una referente en el tema. Muchos de sus libros fueron traducidos a diferentes lenguas. Se leen en las escuelas primarias y secundarias, como lecturas recomendadas.
¿Cuántos libros infantiles llevas escritos, contando las traducciones?
Imposible contar las traducciones, yo no escribo las traducciones!! Hay que considerar que algunos de mis libros son cuentitos de una página, que se convierten en libros por obra y gracia de los ilustradores. Y últimamente varias editoriales están pidiendo series de ocho libritos de esas características. Considerando todas estas cuestiones, tengo unos ciento treinta y cinco libros. O cuasi libros.
¿A qué atribuyes el auge del microrrelato, referido a Hispanoamérica o a la literatura en general ?
El microrrelato no tiene nada de nuevo. Es antiguo como el lenguaje humano. Desde siempre ha formado parte de la literatura oral. Tiene una fuerte tradición escrita en el mundo entero. Lo ha sucedido en los últimos años es que la crítica académica lo “descubrió” como género independiente. Pero la humanidad lo conocía tan bien como los nativos conocían América cuando la “descubrió” Cristóbal Colón.
Por otra parte no se puede negar que las minficciones tienen el mejor formato posible para su difusión en internet, en blogs, sites, páginas. Pero hay que considera que si la minificción fuera el género de nuestro tiempo, tendríamos libros de minis en la lista de bestsellers, en lugar de novelones de 500 páginas (contra los que no tengo nada, por supuesto, algunos me gustan muchísimo). El auge de la ficción miníma no es tal, no al menos en cuanto a mercado. El público no compra libros del género. Ese supuesto auge se da sobre todo en las universidades, en los medios, y en un grupo de lectores de elite. Ojalá fuera tan masivo como muchos creen!
¿Cuál es la extensión que se acepta como límite en el microrrelato?
Si excede de las 25 líneas ya no es microrrelato.
¿Cómo proyectas una novela? ¿Eliges el argumento y los protagonistas de entrada, o van surgiendo en el transcurso de la escritura?
La primera versión de una novela es casi puro tormento. Entro en la novela como en un pantano: cuando más avanzo más me hundo. De pronto el barro me está llegando a la nariz, ya es tarde para retroceder y estoy demasiado lejos de la otra orilla. Entretanto, he ido dejando atrás una cantidad de páginas desprolijas y desagradables, llenas de errores, con personajes que ya no existen y situaciones equivocadas, un magma informe, sucio, que me llena de desaliento. Pero después, cuando ya tengo todo el material y empiezo el infinito pero gozoso trabajo de reescritura, ahí viene el lazo de la dicha a rescatarme. Adiós a la ciénaga, otra vez placer, placer.
Aunque para un autor todos sus libros son igualmente valiosos, si tuvieses que presentar en un concurso uno y solo uno de ellos de -microrrelatos y novela- ¿Cuáles serían los elegidos?
En novela, «La muerte como efecto secundario». En microrrelato «La sueñera».
¿Porqué si tu primer libro de poesía fue un éxito literario, muy premiado (y además siendo tan excepcionalmente joven cuando lo escribiste) no volviste –salvo excepcionalmente- a incursionar en el género?
En parte mi necesidad de poesía se canaliza a través del microrrelato. Pero además sí que he seguido escribiendo poesía, de vez en cuando. No trato de publicar, simplemente porque es mucho esfuerzo.
¿Cómo resultó la adaptación al cine de tu novela Los amores de Laurita?
Un desastre. Si alguien lo duda, lo invito a verla. Por su cuenta y riesgo.
Cómo surgió la idea de Fenómenos de circo?
Al principio no me lo propuse. Fue sucediendo. Todo empezó cuando el periódico El País, en 2008, me pidió un microrrelato inédito para publicar en una nota sobre el género. Allí apareció un mago con serrucho. Pero también tenía galera, y de la galera asomaban unas orejas de conejo. Al conejo venía corriéndolo un león y detrás el domador. Prendida al domador salió la ecuyere, con caballo y todo, creo que estaba enamorada de él. Y detrás de la ecuyere, un grupo de payasos. Así ese la vida. Al pincipio los relatos del circo salían mezclados con otros pero de pronto fueron tantos que se pusieron exigentes y quisieron ocupar el libro entero. No lo pude impedir.
¿Cómo definirías a Ana Maria Shua?
Escritora, esposa y madre.
Buenos Aires, junio de 2012