«Ito», de Luis Cabrera Delgado

Por Zulma Prina (*)


Ito, de Luis Cabrera Delgado Ilustraciones de Dagnae Tomás Martínez. Rumbo Editorial, 2012. Contratapa Dra. Sylvia Puentes de Oyenard. Con el auspicio de AULI (Asociación Uruguaya de LIJ); Academia Uruguaya de LIJ; Academia Peruana de LIJ; Academia Panameña de LIJ; Academia Argentina de LIJ; Academia Latinoamericana de LIJ.
El protagonista de esta novela, Ito, es un niño, casi adolescente, que tiene gustos y formas distintas de vida; es igual a cualquier niño, pero diferente. No encaja en las estructuras sociales, que tiene un modelo de niño y un modelo de niña uniforme.
Ito tiene una gran sensibilidad, es reflexivo y tierno. A veces sus reflexiones, su manera de analizar las distintas situaciones por las que atraviesa, nos muestran la crueldad de los adultos. Hay además, una visión descarnada de la escuela como institución.
Luis Cabrera Delgado, con gran talento y sensibilidad, nos trae el tema de la discriminación de la mano de este personaje tan lúcido, dulce, triste y alegre al mismo tiempo. Ito ve la vida desde otra dimensión. Ito estudia en el internado y es muy buen alumno. Allí es maltratado por la directora Mirian Malandringa. El narrador parece que juega con los nombres; no es casual este apellido. El mismo sobrenombre de este niño parece ir más allá de la linealidad del signo. Algunos de los significados del diccionario enciclopédico Salvat,  relacionado con las personas expresa: «HITO: Importuno. Adj. Negro. Acontecimiento muy importante y significativo en el desarrollo de un proceso o en la vida de una persona.»
El narrador reitera a lo largo de la novela, » Ito», como una ola envolvente que recurre y suena en el oído del lector a la manera de un eco permanente, que va introduciéndose en la propia intimidad a modo de caricia. A poco de leer las primeras páginas, Ito nos ha conquistado. Sin embargo, este niño es rechazado por sus compañeros por ser «diferente». Dice el narrador:
A veces Ito se siente solo y le gustaría jugar con sus compañeros, pero las niñas no lo dejan y le dicen que él es varón, y los varones lo mandan a jugar con las niña; por eso Ito se entretiene siempre con su caja de fotos de artistas famosos.
Este párrafo nos muestra cómo la sociedad discrimina. Los niños toman el modelo de los mayores. Hay una manera de ser varón y una manera de comportarse como mujer. Los varones no deben llorar, deben jugar al futbol, correr, empujarse, ser rudos; las mujeres tienen que jugar con las muñecas. Hay juegos de niñas y juegos de varones.
(…)Ito prefiere entretenerse recortándole vestidos en papel de regalo o brillo a las fotos de sus cantantes preferidas que irse a jugar a la pelota con los demás muchachos.(…)
Su realidad es triste. No sabe quién fue su padre y su madre murió cuando era pequeño. Vive con la abuela, pero como estaba débil tuvo que ir al internado y solo va a la casa los fines de semana. Ito se evade tal vez de esa realidad.
Ito tiene la cabeza llena de pájaros, y por eso siempre está pensando en cosas hermosas.
-Fidel, deje las musarañas…le dice a cada rato Mirian Malandringa.
Las ilustraciones acompañan con fidelidad esta trama. Vemos a un niño de cara alargada y ojos verdes inmensos. Parecen el reflejo de su mundo interior. Sus cabellos enmarañados semejan  esas cosas hermosas, «como una cabeza llena de pájaros» Él observa la naturaleza, el cielo, las gotas de lluvia, las margaritas del jardín, los colores.
Esta historia, que avanza con un adolescente que empieza una nueva etapa, nos dejará el gusto amargo frente a una sociedad llena de prejuicios, que llega a malograr y sepultar la individualidad, para transformarla en seres obedientes, que mantienen el régimen establecido. Volvemos a la definición y podríamos enlazarla con el final de esta historia, que todos deberíamos leer.
Muchos «Itos» encontraremos por las calles, en los clubes, en las escuelas. Él es la metáfora de nosotros mismos, el espejo en que tantos podríamos mirarnos si dejamos aflorar los recuerdos.
 (*) Soy Zulma Esther Prina.
Nací en un barrio tradicional de Buenos Aires.
Crecí en una familia de docentes, con un claro sentido de su vocación. Quizá por eso seguí la carrera del magisterio. Tuve la suerte de tener como profesora de castellano y literatura a María Hortensia Lacau
www.mariahortensialacau.com.ar. También la rectora de «mi» Normal 4.
Ella fue modelo para mi vida y seguí sus pasos, pues me hizo amar la docencia y la literatura.
Me recibí en la UBA de Profesora en Letras e hice la Maestría en Análisis del Discurso. Fui maestra, directora y supervisora adjunta en las escuelas primarias de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad. Y actualmente sigo como docente de Lengua. 
Publiqué libros, de poemas y ensayos sobre Educación y Literatura latinoamericana. Participé como expositora en congresos de Literatura y Educación.

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